Desde que era niña tuve que oír este comentario: "cómo estás de flaca!". Bueno, cuando era niña sí, era flaca. Pero ahora a mis 30 años, tengo el cuerpo que siempre quise. Y no, ya no soy flaca, ni ante mi espejo y tampoco según la pesa del supermercadoque indica que según mi altura mi peso es: normal. Lero! Lero! Y gracias a que practico deportes lo tengo muuuuuuy bien distribuído.
Me puse a pensar en eso porque mi hija de 8 años está pasando por lo mismo. Ella es alta y flaca, y muy linda. Y ya empieza a oír los comentarios venenosos tanto de sus amiguitas como de las mamas de las mismas: "cómo estás de flaca!" Esta es nuestra desventaja, si yo le digo a alguna amiguita de mi hija: "cómo estás de gorda!" me considerarían una mujer monstruosamente mala, pero no consideran que el comentario antagónico también hace daño.
Lo bueno es que, toda la vida le he hecho caso a mi madre, que es mujer muy inteligente. Y ella me dijo cuando nació mi hija: "No le hagas caso a los comentarios de la gente! Ella va a ser como tú, flaquita. Déjala así. Yo nunca hice caso cuando me decían que estabas muy flaca y que te diera vitaminas para engordar." Gracias madre!
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Hace 6 años
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