Decido ser feliz

A mis 30 años siento que estoy en la mitad de mi vida. Reflexiono acerca de las cosas que he aprendido y de las que no he logrado aprender. Recordando la persona que era a los 15 años, lamento no haber tenido la consciencia que tengo hoy, la lucidez. Lamento no haberme sentido "despierta" como me siento hoy. Hubiera progresado como ser humano más de lo que he hecho. Ahora entiendo a la perfección lo que decía mi abuela tantas veces: "Ah, si yo tuviera de nuevo 20 años! con lo que sé hoy!". No quiero decir lo mismo a mis 50. Por eso decido ser feliz ahora. Y eso me pone frente a frente con mi mayor desafío, aprender a perdonar. Una amiga me dijo: "Haz el siguiente ejercício, imaginate a una de las personas que detestas, por cualquier razón. Mejor si es a la que detestas más que a cualquier otra. Ahora trata de alguna forma, de sentir amor por ella, piensa que tiene un hijo o una hija, o un esposo o madre o padre, que la aman. Y ponte en lugar de ellos. Nadie es totalmente malo aunque sea lo único que logremos ver desde nuestra perspectiva. Vas a ver que es un buen ejercício." Y en verdad lo es. De hecho, lo hice con las dos personas que no soportaba en mi trabajo. Mis sentimientos hacia ellas han cambiado, y por consiguiente la relación laboral. Incluso la mala conducta de esas personas ha cambiado, eso me hace creer que mi hostilidad las alimentaba.

Pero aún me queda lo más difícil, porque perdonar a las personas que no son tan importantes en tu vida por las cosas sin importancia pero molestas que hicieron, es mucho más fácil que perdonar a las personas que amas o que tienen una fuerte influencia en tu vida, y te hicieron daño.
Pero tengo una táctica, que espero funcione: empezar por el agradecimiento. Tengo tanto por lo que estar agradecida. Como dijo meu mno amado, el ser humano no valora lo que tiene en abundancia, el aire, el agua, la salud y tantas cosas. Pues empiezo por ahí:
Gracias porque tengo mucho aire que respirar, talvez no sea tan puro, pero hay.
Gracias porque tengo agua que beber siempre que siento sed, y aunque no la sienta, pero me gusta porque deja bella mi piel.
Gracias porque me desperté, es cierto, hay gente que muere dormida.
Gracias porque encontré hoy a todas las personas que amo con vida, y las que no amo también.
Gracias porque el chico que me parece tan guapo me regaló una mirada y una sonrisa.
Gracias porque mi esposo dijo que soy bellísima.
Gracias porque tengo una hija tan cariñosa y que me enseña tantas cosas, es el espejo que mejor refleja mis fallas y mis éxitos.
Gracias por todas las personas difíciles que cruzaron mi camino porque me hicieron más fuerte.
Hay más gracias por supuesto. Pero me las quedo sólo yo.
Ahora, el siguiente paso.