domingo, 22 de marzo de 2009

Para eso no hay título

No pude evitar, ni quise, llorar al leer acerca de una niña yenemita de 8 años, que fue casada a la fuerza por sus padres con un hombre de 30 años. Hay cosas que cuesta creer que sean verdad. Recuerdo muy bien como era yo cuando tenía 8 años, y ésa es precisamente la edad de mi hija. Por eso me dolió más lo que leía.
Me sentí ridícula por pelear contra el machismo mal disimulado de los países latinoamericanos. Hay lugares dónde las mujeres aún no han logrado tan siquiera ser tratadas como seres humanos.

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