jueves, 22 de enero de 2009

La flecha envenenada de Cupido

Hace algunas semanas, salió en un importante periódico de Estados Unidos el reportaje de un científico que afirma que el enamoramiento un día será "curable". Me pareció interesantísimo. Siempre me he preguntado, dónde guardamos nosotros el amor que sentimos por otras personas? Cómo es posible que cuando una persona sufre pérdida de memoria por alguna razón, no pueda reconocer ni a las personas que ama? Si el amor estuviera en el alma, y no en el cerebro, supongo que se podría olvidar todo, menos a las personas o cosas que amamos. Y si está en el cerebro, se puede borrar, por supuesto. Bueno, el científico aclaraba también que el hecho de que nos enamoremos de una persona, depende también, en gran medida de recuerdos que tengamos de la infancia, de nuestros valores como persona, de todo nuestro historial y formación. Supongo que a veces, puede ser por química nada más (ésa desaparece rápido), otras veces puede ser por las dos cosas, química y compatibilidades (ésa puede desaparecer rápidamente o lentamente, dependiendo) y la otra, que surge de un largo proceso, dónde al princípio no había química alguna, cuando pasa? Talvez, sólo con la pérdida de memoria. O la vacuna que promete inventar el científico.
Mientras tanto, sigo creyendo como hacían los romanos, que en algún momento somos víctimas de las travesuras irresponsables de Cupido. Y esperando que los efectos del veneno de su flecha no tarden mucho.

1 comentario:

  1. A paixão se esvai em pouco tempo. Que tal aproveitar este curto tempo onde somos extremamente complacentes, para estruturar o amor? Reforçar a cumplicidade, fortificar a sociedade, estreitar os elos, priorizar o respeito mútuo e tudo o mais que possa perenizar o amor, salvaguardam a união.

    ResponderEliminar